La opinión es pública, según Sartori, en cuanto que es aquella que se encuentra en el público y se generalizan en él. Por otra parte, también es pública al tratar de asuntos de la res pública (la cosa pública). Cabe destacar que la opinión no es ciencia, la opinión es un parecer, por lo que es frágil y variable.
Para que la formación de la opinión sea autónoma y realmente pública, debe estar expuesta a flujos de informaciones sobre el estado de la cosa pública. Pero esto lleva un constante peligro. La exposición de la opinión a flujos de información influenciada por el poder político, corre el riesgo de convertirse en una información teledirigida.
Con la aparición de la televisión, la opinión se produce en cascada, es decir, las opiniones se entremezclan, y dejan de estar definidas. La fuerza de la imagen y la televisión en sí, destrona a los intermediarios en la formación de la opinión y se lleva por delante multitud de autoridades cognitivas. Así pues, la televisión establece como autoridad a la imagen en sí. Lo esencial es que "el ojo cree en lo que ve, por lo que ve lo toma como real."
Según Sartori, "la videocracia está fabricando una opinión sólidamente heterodirigida que aparentemente refuerza la democracia como gobierno de la opinión." Con lo que la televisión se establece como portavoz de la opinión pública, siendo en realidad el eco de su propia voz.
Opino que, actualmente somos muchos los que hemos dejado de cuestionarnos (por el motivo que sea) si lo que vemos en la televisión es real, o simplemente es lo que quieren unos pocos que tomemos como real.
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